jueves, 8 de marzo de 2012


César Hildebrandt- Diálogo frente a la subversión

César Hildebrandt fue consultado en 1989 por la periodista Maria del Pilar Tello sobre temas gravitantes en esa época y cuyo análisis resulta interesante retrotraer debido a la necesidad de refrescar la memoria de los peruanos con respecto a la época de violencia que nos tocó sufrir.

La entrevista toca temas como el papel de la Izquierda peruana, la prensa y las FF.AA frente al acoso criminal del terrorismo que ,por esos años, alcanzó su hito más nefasto para nuestro país.

El libro que contiene éste análisis de Hildebrandt se titula "Sobre el volcán. Diálogo frente a la subversión" cuya autora es Maria del Pilar Tello (en aquella época editorialista en La República) y fue publicado por el CELA.

A continuación un resumen de la entrevista al periodista.


SOBRE LA RELACIÓN ENTRE LA IZQUIERDA Y EL TERRORISMO:

Principales miembros de la alianza electoral "Izquierda Unida" en pleno apogeo.

La izquierda no solo ha diluido su discurso de cambio sino que es impermeable a su propia modernidad. Cuando uno revisa los textos de Mariátegui, aún los menos importantes, se da cuenta que Mariátegui fue vital para la izquierda latinoamericana porque fue moderno, porque entendió el mundo, lo que era la revolución del Kuomingtan, porque claramente vio hacia dónde podía marchar el industrialismo europeo… ¿Dónde está el Mariátegui de la izquierda peruana de hoy? ¿En donde se perdió? ¿En que año? ¿Por qué hay ese horrible vacío entre la muerte de Mariátegui y la izquierda de los ochenta en Perú? 

Es la Izquierda ,electoralmente, muy importante y sin embargo con menos liderazgo ideológico¿Dónde está el debate de la izquierda en términos de su propia modernidad, sobre la perestroika, sobre el colapso de ciertos valores marxistas que la propia casa matriz, la URSS, admite? “(página 235)

Lo que pasa con la izquierda, en mi opinión, entre otras cosas, es que su discurso radical creó las bases para el crecimiento de Sendero. A nivel retórico la izquierda ha cultivado un discurso tan jacobino que no hay mayores diferencias entre el sector libio del PUM y Sendero. Lo que sucede es que a la hora de la acción los libios no dan el salto hacia el exterminio del enemigo, hacia la demolición de las SAIS, pero comparando programas y esquemas no hay mayores diferencias entre la sociedad “libia”, entre comillas, y la propuesta de Sendero. Lo que pasa es que unos se atreven y otros no. Entonces la izquierda aparece entrampada entre un discurso radical que favorece a Sendero y la necesidad de deslindar con Sendero.

¿Pero deslindar que? ¿Sendero no es marxista?, claro que lo es ¿Sendero no es comunista?, claro que lo es. ¿Sendero no es leninista?, claro que lo es ¿Sendero no es maoísta? Si, lo es… ¿Sendero no es acaso una expresión cabal del Marxismo leninismo?..” (Página 236)

Sendero le recuerda a la izquierda que su coherencia final consiste en promover la guerra civil y que la izquierda electoral es una ficción pasajera. Que la izquierda llena de modales y corbatas y buenas maneras es en todo caso la caricatura pero no la imagen real.” (Página 236)

¿La izquierda peruana quiere ahorrarle al Perú los 65 años de crímenes estalinistas que padecieron los pobres soviéticos? ¿Quieren ahorrarlos o no? ¿Por qué no se debate eso?... El asunto no es competir con Sendero en radicalismo porque el radicalismo no es sino otra expresión de la barbarie y del atraso… ¿Qué han entendido los chinos después de muchos años? Que no hay un esquema de redistribución del ingreso si no hay base económico, y todo lo demás son cuentos. Veamos a dónde nos han conducido las experiencias izquierdistas en América Latina en los últimos años… Chile de Allende, Nicaragua sandinista, la Bolivia de Siles, el populismo peronista del 45. 

Todos los esquemas de la izquierda latinoamericana fallaron por el mismo patrón: redistribución sin divisas, base material desdeñada, economía desastrosa, inflación, colapso. La economía no es voluntarista y el señor Gorbachov lo ha entendido perfectamente.” (Página 237)

“Sabemos algunas cosas: Primero: a nadie se le puede imponer la felicidad; segundo, la colectivización no funcionó en ningún país del mundo; tercero: el agro no debe subsidiar a las urbes; cuarto: el mercado no se puede derogar por decreto; quinto: la tecnificación en la agricultura es imprescindible, etc. 

No estamos en los épicos umbrales del socialismo. Estamos hablando del señor Gorbachov y del desmantelamiento de un sistema que significó veinte millones de crímenes y treinta años de atraso en la informática, nada menos. Estamos hablando de un país militarmente poderoso y económicamente débil que ahora quiere ser militarmente neutral y económicamente poderoso” (Página 240)

“Además hay un elemento adicional que pertenece mucho más a Freud que a Marx y es el paralizante sentimiento de culpa que hace que muchos políticos sean verdaderamente incapacitados de competir con Sendero en tanto que de algún modo le atribuyen a Sendero acción y heroísmo. Y me explico por qué algunos parlamentarios de izquierda, en el establo del que hablaba Lenin, un poco contaminados de sistema y a veces de podredumbre, pueden creer que efectivamente el heroísmo está en Sendero y que ellos de algún modo se han contaminado del sistema y entonces la condena no funciona. Y este sentimiento se da tanto en el parlamentario de izquierda como en el policía que vive en el mismo pueblo joven en el que Sendero recluta gente y probablemente en el profesor del SUTEP que también apuesta por la violencia en la medida que el sistema no los acoge. Hay un trabajo a largo plazo pro Sendero, es decir el sistema peruano trabaja para Sendero.” (Página 243)

“La pregunta es ¿cuánto de premeditación y de interés hubo en ese silencio por parte de algunos izquierdistas, interesados aún ahora, en mirar mucho más a El Salvador que a Ayacucho? En realidad muchos izquierdistas están por el triunfo de Sendero, aunque no se atrevan a decirlo. “ (Página 245)

“De algún modo el estalinismo y la práctica de úkase y del exterminio del adversario del Partido Comunista de Del Prado, en cuarenta años de hegemonía ideológica de izquierda, ha mutilado la función de la discusión y el debate. Si tú te pones a pensar que en el programa de Huampaní hay línea y media dedicada a la Perestroika, sin nombrarla y al mismo tiempo piensas que la Perestroika es por lo menos el fenómeno mas importante del marxismo en lo que va de su existencia, vas a llegar a la conclusión de que la izquierda peruana, siendo como digo la mas importante electoralmente, es la ideológicamente más pobre” (Página 245)

"Mientras haya sectores violentistas infiltrados en Izquierda Unida, disfrazados de candidatos, el debate político peruano no va a estar claro” (Página 250)

“Yo creo que buena parte de UNIR, el sector libio del PUM, algunos sectores obreros y estudiantiles del Partido Comunista marchan estratégicamente hacia la violencia insurreccional… No sé si se aliarán a Sendero, no se sí constituirán tienda aparte, los veo mas próximos al MRTA, en todo caso…” (Página 253)

“No, no es menos peligroso, es mucho mas humano. Es una propuesta mucho más próxima a las de la Izquierda Unida. La discrepancia entre el MRTA y la Izquierda Unida es de métodos y de tiempo, pero no es de programa…”(Página 255)

El MRTA no tiene problemas ni conflictos programáticos con la izquierda, tiene problemas de método y de plazo con la izquierda. Lo que ésta quiere hacer por la vía electoral el MRTA lo quiere hacer rápidamente por la vía de las armas. Me da la impresión que el MRTA se ha resignado a ser un elemento de presión sobre una hipotética izquierda en el poder, a funcionar como funcionan las FARC en Colombia en relación a los grupos institucionales de izquierda, como es el M19, elementos tensores que son fiscalizadores permanentes del actuar legal de la izquierda, pero Sendero es otra cosa, sin lugar a dudas…” (Página 255)

(Entrevistadora): Cuándo señalas que la izquierda no quiere reconocer esa continuidad. ¿Quieres decir que la izquierda está de acuerdo con Sendero?
Cesar Hildebrant: Por supuesto. Hay un sector de la izquierda que está de acuerdo con ellos. No me cabe la menor duda: PUM, UNIR y parte del PCP. No puedo ser tan tonto para no darme cuenta de eso.”(Página 258)


SOBRE EL PAPEL DE LAS FUERZAS ARMADAS (FFAA) :

Miembros del Ejército del Perú en operaciones antisubversivas en el VRAE

“Yo no creo que haya un divorcio entre la fuerza armada y la civilidad, creo que la Fuerzas Armadas de algún modo ha perjudicado su imagen en los últimos años porque la experiencia de los doce años de régimen militar un tanto que la asqueó de todo lo que fuese política y ha permitido muchos malentendidos, pero creo sinceramente que no hay una objeción central de la sociedad peruana frente a la Fuerzas Armadas”

La matanza de los penales no fue la fuerza armada, fue una matanza virtualmente decretada por el gobierno aprista. Los excesos de Ayacucho han sido la respuesta brutal a las barbaridades de Sendero y es cierto que la fuerza armada ha actuado con repudiable lenidad en algunos casos específicos. Me refiero al comandante Artaza y al subteniente, ahora teniente, Telmo Hurtado. Pero yo sí hago un distingo muy claro a estas alturas de la guerra. El exceso mayúsculo corresponde a Sendero y los excesos de la fuerza armada son francamente diminutos en relación a lo que está costando al Perú la guerra de Sendero…” (Página 247)

“No es una guerra sin derechos, es una guerra. Nuestros académicos y latinos queremos una guerra pulquérrima. No hay guerras pulquérrimas. Dame un solo ejemplo de guerra donde los tratados de Ginebra se hayan respetado escrupulosamente. Solicito un ejemplo de guerra sin excesos, un solo ejemplo. ¿Hiroshima no fue un exceso?” (Página 247)

Sendero trabaja para la lógica de la guerra civil, en la fascistización de la sociedad peruana. La pregunta es: ¿será la democracia suficiente para derrotar a Sendero?” (Página 248)


SOBRE LA RELACIÓN ENTRE LA PRENSA Y LAS FFAA:

“Las Fuerzas Armadas tienen un largo escarmiento en cuanto a sus relaciones con la prensa. La prensa ha tenido un papel perverso en términos generales. Siempre ha ido, tuerta y manca, a escarbar un solo lado de los Derechos Humanos. Jamás se ha interesado en la situación de los combatientes de las Fuerzas Armadas. De algún modo todos hemos sido senderistas, moralmente hablando. De algún modo todos nos hemos inclinado, por el remordimiento de vivir en un país tan injusto, del lado del supuesto débil porque de algún modo en el inconsciente colectivo del Perú se le reprocha a las Fuerzas Armadas mucho, desde la guerra con Chile hasta la frustración del reformismo militar… Pero la pregunta es ¿cómo hacer para que la prensa tuviese acceso pleno a la zona de emergencia y tuviese al mismo tiempo capacidad de dar versiones honestas sobre lo que ve?, ¿Cuántos corresponsales de diarios amarillentos dirían la verdad? ¿Cuántos analfabetos de la comunicación metidos a periodistas, tienen derecho o autoridad moral o intelectual, de ir a una zona de guerra y contar la historia de verdad? No el exceso alcohólico de un subteniente, sino la guerra de verdad…” (Página 251)

El mensaje global, María del Pilar, de los medios de comunicación, incluyendo los que yo eventualmente he dirigido y esto es una autocrítica, es que la Fuerza Armada es violadora de derechos humanos y no hemos subrayado suficientemente nuestra condena en relación a Sendero y hemos pecado de cobardía en esto…” (Página 252)

“(La entrevistadora dice que la hipótesis es que Sendero Luminoso es el mayor violador de DDHH)
César Hildebrandt: No es cierto pues y me atrevo a retarte. Anda al PUM y pregunta. Pregúntale al señor Diez Canseco ¿quién viola más los derechos humanos? Y me das la respuesta…” (Página 252)

“Hay una lectura ideológica del problema: que nosotros le hemos dado la espalda a la Fuerza Armada, la hemos dejado sola y luego le hemos reprochado excesos en parajes remotos donde no hay ley ni Dios…” (Página 253)

Les hemos dicho que acaben con el problema y luego les hemos criticado por ser abusivos. Una vez que hemos producido su repliegue les hemos preguntado porque no actúan y cuando han vuelto a actuar les hemos vuelto a enrostrar excesos, sólo excesos. Luego nos preguntamos por qué no actúan y nos sorprendemos que ,respondiendo al reto bestial de Sendero, haya “gauchos”… y ¿por qué nos sorprende? ¿Deben ser todos cristianos militantes, dadores de la otra mejilla?... ¿Así es la guerra tan idílica?” (Página 253)

"Hay una lectura ideológica del problema: que nosotros le hemos dado la espalda a la Fuerza Armada, la hemos dejado sola y luego le hemos reprochado excesos en parajes remotos donde no hay ley ni Dios" - Cesar Hildebrandt



Izquierda - Entre los Balances y el Wishful Thinking


08 de marzo de 2012
Fuente Original: Desde el Tercer Piso
Escrito por José Alejandro Godoy

En las últimas semanas se ha discutido mucho en varios medios de comunicación acerca de la izquierda peruana. Se ha apelado al pasado para saber en qué falló el único gran momento de unidad que tuvo la zurda nacional y se piensa en ella desde un horizonte de futuro vinculado al color verde, no por las chalinas de Susana Villarán, sino por una agenda vinculada al medio ambiente y a los recursos naturales.
Hace algunas semanas apareció “Apogeo y crisis de la izquierda peruana”, volumen editado por Alberto Adrianzén en la que se intenta hacer un balance generacional sobre lo que fue la experiencia de Izquierda Unida. El libro resulta valioso como testimonio de un grupo bien intencionado, variopinto, pero con severas dificultades para tener un proyecto unitario, coherente y que pudiera superar las contradicciones de una época difícil.
Sin embargo, como bien señaló Carlos León Moya en La República, este volumen también presenta algunas limitaciones. Faltan citas a textos que han profundizado más en los factores sociales y políticos que causaron la división izquierdista y no existe una mirada comparada con otras experiencias zurdas contemporáneas (por ejemplo, el Partido de los Trabajadores de Brasil o el Frente Amplio de Uruguay). Paradójicamente, si bien muchos de los entrevistados enuncian una autocrítica, varios de los errores indicados por ellos a lo largo del libro se han repetido en la actuación que han tenido frente al gobierno de Ollanta Humala.
Quizá uno de los mayores errores sea una desacertada lectura de la realidad, sobre todo en lo que respecta a las movilizaciones sociales que se han dado en la última década. Cada una de ellas ha sido acompañada por artículos bastante idílicos sobre sus posibilidades de afianzamiento de unidad con sus bases (ejemplo claro, las columnas de Javier Diez Canseco acerca de la Cumbre de los Pueblos hace 4 años) y que ello pudiera llevar a un movimiento mayoritario a favor de grandes transformaciones en el país.
Sin embargo, el país no es tan progre como ellos quisieran –ni tan conservador como cierta derecha lo pinta– y, por tanto, estas movilizaciones tienen carácter limitado. La “Marcha por el Agua”, materia de artículos sobre la aparición (o la imposibilidad de surgimiento en el contexto peruano) de una “izquierda verde”, sigue mostrando cómo la izquierda está más preocupada por un repertorio de protesta antes que por la construcción de una alternativa de gobierno.
(Columna publicada en Diario 16 el 08.03.2012)
MAS SOBRE EL TEMA:
Carlos León Moya: Elogio del adversario